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Trump podía haber sido Kennedy

26.07.2024

Kimberly Cheatle de cincuenta tres años, la directora del Servicio de Secreto de Estados Unidos ha dimitido. Desde el año 1865 solo ha habido dos mujeres que han ostentado este cargo.

Una fallo en el protocolo de seguridad del ex-presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, le ha costado el cargo a esta funcionaria que ingreso en el departamento del Gobierno en 1995. Cuando hablamos de que las mujeres no ocupan cargos de máxima responsabilidad este es uno de ellos y por un error en su toma de decisión le ha costado su carrera. 

Dimite por lo que se ha llegado a investigar en los momentos previos del atentado; un policía local se percato de la presencia de un sujeto que actuaba de forma extraña, lo que llamo su atención, y este agente a su vez informó al servicio secreto. Desde la mirilla de un rifle le observan y llegan a ver hasta lo que esta consultando en su teléfono móvil con una actitud nerviosa. Miraba fotos de Trump.

Donald Trump salvo la vida en un mitin en Pensilvania por hacer un gesto al mover su cabeza unos milímetros para consultar un gráfico sobre la inmigración en el país lo que impidió que hoy no hablemos del asesinato de un ex presidente de Estados Unidos.  

¿Qué falló en el servicio secreto? No verificar la identidad de ese sujeto sospechoso, ni comprobar que llevaba en la mochila.

Otro fallo de seguridad ha sido dejar un tejado de un edificio colindante desde el que hizo su disparo el sospechoso sin ningún miembro de seguridad vigilando. A punto estuvo de repetirse la historia del que fuera presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, asesinado con un tiro en la cabeza.

Hoy persiste otro fallo en la seguridad de Donald Trump que no ha sido rectificado, tiene que ser protegido por hombres de su misma altura o superior. Le tienen que cubrir desde los pies hasta la cabeza, su cabeza sobresale de los hombres y mujeres que componen su servicio de seguridad. Si hubiera habido otro francotirador en este fatídico día con su cabeza al descubierto le da de pleno.  

En España, tenemos un presidente muy alto. ¿Su servicio de seguridad es tan alto como él? Lo que sucede en otros países por muy lejos que estén se puede repetir en el nuestro. 

El error ha sido que nunca hay que dar nada por hecho. Todo se tiene que verificar. No es la primera vez, en la historia de Estados Unidos, que la policía local de un Estado y el Servicio Secreto tienen diferencias con los  protocolos a seguir a la hora de actuar. El Servicio Secreto le quita autoridad a la policía local.   

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