El "actor" de Ayuso
El novio de Ayuso se monta su película en la que él es el protagonista, los periodistas actores secundarios, y los abogados figurantes en la escena montada en los Juzgados de Plaza de Castilla.
Alberto González Amador, el novio de Isabel Díaz Ayuso acude a los juzgados de Plaza de Castilla sin llegar a ser reconocido por los medios de comunicación emplazados al acudir con otra imagen muy diferente de la habitual, ha recurrido al disfraz. Todos los periodistas se preguntaban donde estaba, nadie lo había visto hasta que uno de los reporteros lo reconoció y dio la voz a sus compañeros y a partir de ese momento Alberto empieza a correr con teléfono en mano como si de un fugitivo se tratara. ¿Esta actitud es una imagen seria?
Finalmente el juicio se ha aplazado por problemas técnicos. Que se aplace el juicio es tiempo que "corre" a su favor para rectificar la mala imagen que ha dado públicamente. ¿No sabían sus tres abogados que emplearía la técnica del disfraz para acudir a los juzgados de Plaza de Castilla? No le han asesorado de que evite dar espectáculos y no llamar la atención. A falta de un abogado usted lleva tres letrados sin unanimidad de criterio. Le deseo buena suerte en su defensa.
Si quiere evitar a la prensa sus tres abogados que supongo le cobran una buena minuta le deben cubrir y acompañar en el corto trayecto hasta que coja un taxi, y evitar preguntas dirigidas directamente a usted. Los abogados saben cortar en seco las preguntas incomodas en nombre de su cliente.
Alberto González Amador por salir con quien sale, es decir, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no puede dar estos espectáculos de disfrazarse para esquivar a la prensa, o correr huyendo de los reporteros. Hombres más importantes y con delitos más graves no tienen esta actitud. El ex-presidente de Estados Unidos, Donald Trump, o el Príncipe Andrés de Inglaterra, no corren caminan a paso ligero y no se disfrazan con pelucas blancas.
¿Qué falla en la imagen de Alberto González Amador? Desde su comportamiento hasta su indumentaria. No le ha dicho su abogado lo mal vestido que va. En Estados Unidos donde los abogados es una profesión de gran prestigio les indican a sus clientes como tienen que acudir vestidos para ponerse delante de un juez. Con una imagen de respeto y respetable. Lo correcto es acudir con un traje sastre con corbata, no con un pantalón sport con chaqueta y corbata. No vaya de hombre sin medios económicos porque a estas alturas el juez y toda España y parte del extranjero sabe la fortuna de la que dispone.
Ha repetido el mismo look o estilo al acudir al Tribunal Superior de Justicia a ratificar su denuncia contra dos fiscales de Madrid, esta vez no era una vista, es decir, que no se iba a poner delante de un juez. Lleva una corbata de los años 70 que en el año 2024 la tendencia de esta primavera no se llevan tan anchas sino más estrechas, los pantalones excesivamente cortos, por favor, a medio centímetro del suelo.
Para enfrentarse a la justicia hay que dar una imagen antes y durante. La vida de Alberto González ha cambiado desde que es el novio de un alto cargo institucional. Debe acostumbrarse a los medios de comunicación y procurar llevarse bien con ellos.
En cuanto a su nuevo corte de pelo no ha sido un acierto, le endurece los rasgos, y le añade años.