Vestidos para vivir o sufrir

Hay vestidos que son para vivirlos y otros para sufrirlos. Esto suele pasar con los zapatos aunque también con algunos vestidos, no se trata de que lleves una talla menos, se trata del diseño en si por lo aparatoso que puede llegar a ser.  

Un vestido para asistir a una boda te lo pruebas en el vestuario y te encanta como te queda en el espejo. ¿Te has imaginado sentada cenando?

A los vestidos hay que ponerlos en las situaciones de los diferentes momentos que vamos a vivir en el evento al que has sido invitada, me refiero al volumen que tenga más allá de nuestro cuerpo.

Te pongo en situación; un enorme lazo en 3D que sobresale de la parte central del pecho. Imagina que se celebra una comida o una cena: ¿Como comes? La posición para comer más allá de mantener la espalda recta tu posición va a ser rígida por temor a meter el lazo en el plato, imagina que de primero hay sopa, con el viaje de la cuchara del plato a la boca, la distancia entre el borde de la mesa y tu cuerpo aumenta, por no hablar de que el volumen del vestido invada el espacio del comensal que tienes a tu lado. El vestido aparte de ser precioso es incomodo de llevar.

Si el vestido te gusta mucho por su diseño, su lugar ideal para lucir este estilo diseño es en un cóctel en el que estas de pie bebiendo y comiendo canapés.

Todas la prendas son para disfrutarlas y vivirlas cómodamente desde el lugar donde elegimos lucirlo, la indumentaria se tiene que adaptar a todos nuestros movimientos. Este pensamiento entra dentro del análisis de la prenda en si. 

En la imagen te pongo una propuesta de temporada de la colección primavera-verano 2024 para asistir a una boda. ¿Alguna vez has pensado que el diseño de un vestido según donde te lo pongas te puede complicar tus movimientos por momentos?

Este diseño de vestido tiene otro inconveniente cuando te sientes a comer se te va a subir en exceso y puede provocar que se te vea la ropa interior, para esto la solución que te ayuda para que no se te vean las bragas es la servilleta, si quieres sentarte en un sofá o en una silla el vestido te condiciona. Una mujer no tiene que pensar que postura adoptar en cada momento por exigencia de un diseño. Un vestido se elige, se combina con los zapatos, el bolso, y los accesorios, es de lo único de lo que nos tenemos que preocupar para lucirlo.

Conclusión, este vestido no es una compra inteligente.