¿Has elegido tu lencería de mesa?
Como cada año por estas fechas, estas pensando en la cena de Navidad, cuantos vais a ser para cenar, que mantel vas a elegir, que vajilla vas a poner, elegir la cristalería y la cubertería. Son días especiales en que también se viste la mesa para la ocasión....
Siempre que te sientas en una mesa para comer, debes tener presentes los códigos elementales que no son otros que la educación, higiene y decoro.
¿Sabias que el termino de lencería de mesa se aplica a la servilleta y al mantel? Es lo primero que elegimos cuando preparamos una comida o cena. Primero elegimos la lencería, como cuando nos vamos a vestir, solo que en esta caso vestimos la mesa, este termino no solo se aplica a la moda intima femenina.
Cuando cogemos una servilleta debemos recordar un poco su historia. Su empleo se remonta al Antiguo Egipto. Los heredaron los griegos y los romanos de las mesas de los antiguos faraones. Ni siquiera se atisbaba la aparición del tenedor, la servilleta se había convertido en un elemento imprescindible.
En Europa la extensión del uso de la servilleta, al igual que los cubiertos y la vajilla se producen durante los siglos XVI-XVII-XVIII. En España recibió el nombre de "Pañizuelo de manos", para conferirle de pañizuelo de narices.
Los más sofisticados en el arte de doblar la
servilleta fueron los italianos. En 1.680 se conocían diferentes maneras de
hacerlo. El tamaño de la servilleta se vio reducido al popularizarse
el uso del tenedor. Dejo de ser una toalla de mesa para tomar la
misión de limpiar las comisuras de los labios.
Las primeras servilletas eran similares a una toalla actual. Los anfitriones romanos la utilizaban para envolver los regalos que ofrecen a sus invitados en sus banquetes. Cuando dejar la comida sobre la mesa es una ofensa los comensales usaban las servilletas para envolver las sobras del festín.
Sencillez y sobriedad siempre han ido unidos a elegancia.
Las servilletas se colocan sobre el plato o a la izquierda de el, nunca en el interior de las copas.
La servilleta se desdobla por la mitad y se forma un largo rectángulo.
El termino latino que da nombre y de origen a la palabra Mantelia Adarma los sospi de mantec y servilleta. Algunos estudiosos se situarán el origen del mantel en el siglo XIV.
El muletón se tira (tecnicismo empleado en restauración) sobre la mesa y se sujeta a esta mediante una goma que bordea o bien se ata a las patas de la mesa con una tiras de tela se sujeta después de tirar con cintas a las patas de la mesa para que quede bien tensado o simplemente se deje caído y a continuación se coloca el mantel.
Además de la lencería señalada están los cubre bandejas (pueden ser de papel y tienen las medidas y tienen las medidas de la fuente sobre la que colocan para realzar la presentación y las servilletas de té entre otros.
Los materiales más utilizados en la confección de lencería de comedor son de hilo fino, el algodón, crêpe y el damasco. El hilo se considera el tejido más elegante, el blanco es el más fácil de combinar con los elementos que acompañan. Si la ocasión requiere de cierta formalidad, el mantel será de este color liso y sin estampados. El más idóneo para que los comensales puedan apreciar la formalidad y transparencia del vino.
El mantel deberá cubrir la mitad de la distancia entre el borde de la mesa y el suelo con una caída de unos cuarenta centímetros que ha de ser igual por todos los lados.
Las servilletas están hechas del mismo
material del mantel, las hay de varios tamaños, el mayor de los
cuales es de 50X50.
La vajilla no se empezó a utilizar hasta la llegada del Renacimiento, los comensales comían directamente de una fuente común de madera, barro cocido o metal, cogiendo los alimentos con la mano.
En el siglo XVI cada cual comienza a tener su propio plato. En el siglo XVII en los banquetes de las familias más adineradas ya se ven mesas puestas de platos y copas de oro con incrustaciones de piedras preciosas.
Los ricos metales ceden su lugar, en el siglo XVIII a las vajillas de porcelana importada de China. Material que se usaba en aquel país desde el año 200 a.c.
El cristal no se impone hasta bastante después.
La vajilla más aconsejable es la de cerámica cristalizada por cocción de porcelana blanca.
Otros materiales: La loza, la plata, la porcelana o el vidrio, las vajillas deben ser resistentes a las masas y los ácidos de los alimentos, al roce de los cubiertos, y a las copas; fáciles de limpiar e inmune a las resistencia de los olores y sabores de la comida.
La vajilla se coloca con el bajo plato, plato de respeto o plato base, de plata o del mismo material que la vajilla. Su ubicación de bajo plato se puede colocar justo en el borde de la mesa o dejando un espacio entre este y el ala del bajo plato de dos centímetros hacía el interior. No se utiliza su finalidad es puramente ornamental, permite que en ningún momento el puesto del comensal quede desnudo. La distancia entre plato y plato puede variar el número necesario para que el comensal este cómodo, es de 60 cm. Sobre el plato de respeto se coloca el plato blanco :El plato hondo y taza de consomé no se coloca hasta que el comensal no se haya sentado.
Cuando dispongamos de servicio lo correcto será presentar el bajo plato y el plato que se vaya a utilizar en primer lugar en función del menú.